«Hay una gran voluntad de movilizarse» el 24 de enero en el paro general convocado por la CGT, remarcó Axel Kicillof a la salida de la reunión «de trabajo» a la que convocó a otros mandatarios provinciales, intendentes, dirigentes sociales, legisladores y los propios jefes sindicales, en lo que pareció ser el primer paso del reagrupamiento del peronismo, en esta etapa, para resistir las políticas de Javier Milei.
Sin dar el presente en el encuentro realizado este jueves por la tarde en la Casa de la provincia de Buenos Aires, en Callao 237, la agrupación La Cámpora utilizó sus redes sociales para lanzar una convocatoria a marchar al Congreso el día del paro general bajo la premisa “la patria no se vende, se defiende”. La ausencia de la agrupación de Máximo Kirchner puso en evidencia la distancia -y la incómoda convivencia- que lo une al mandatario provincial.
«Hubo un clima mucho más armónico que el que tuvimos en los comienzos del FDT en 2019», reconoció uno de los diputados presentes en una reunión que tampoco contó con la asistencia de delegados del massismo.
Estuvieron presentes, además, los gobernadores de La Rioja, Ricardo Quintela , y de Tierra del Fuego, Gustavo Melella; los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mariel Fernández (Moreno), Andrés Watson (Florencio Varela) y Lucas Ghi (Morón), los diputados Eduardo Valdez, Germán Martínez y Victoria Tolosa Paz, y el senador José Mayans. Por zoom estuvieron conectados los gobernadores Raul Jalil (Catamarca), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).
También asistieron los dirigentes sociales Juan Grabois, Emilio Pérsico, los sindicalistas Héctor Daer, Pablo Moyano, Andrés Rodríguez, Hugo Yasky y «Cachorro Godoy», entre otros.
El encargado de dar el discurso introductorio fue Kicillof y luego le pasó el micrófono Quintela, otro de los impulsores del encuentro, que hizo un agradecimiento al anfitrión y a Grabois por poner en agenda la necesidad que haya un nuevo marco de unidad del peronismo. Más tarde hablaron los representantes de las tres centrales sindicales -Daer, Godoy y Yasky- y luego del titulares de los bloques de UP en Diputados y el Senado, Martinez y Mayans, respectivamente, que detallaron la marcha de las negociaciones para intentar obturar la sanción de la ley Omnibus.
Si bien en las conversaciones trasuntó la «confianza» en que la Justicia finalmente terminará anulando los alcances del DNU «desregularizador» de Milei, los legisladores del peronismo aventuraron que la denominada «Ley Bases» se terminará debatiendo «en partes», en diferentes etapas, por el impedimento que tendría el oficialismo en lograr imponer el proyecto original.
Si bien hubo una cruda radiografía sobre las consecuencias socioeconómicas del ajuste libertario, el tema más importante fue el consenso en dar un espaldarazo el paro general, con movilización, que tendrá lugar el próximo miércoles. No solo movilizará el movimiento obrero sino también los intendentes y las organizaciones sociales. Los mandatarios provinciales también garantizaron marchas en sus respectivos distritos.
Respecto a la ausencia de dirigentes cercanos a la organización liderada por Máximo Kirchner, cerca del mandatario provincial destacaron que fue una «reunión convocada a último momento» y que debería ser el puntapié inicial para otros encuentros.
«Acá no sobra nadie. Pero hoy somos los que estamos en la primera línea«, dijo un dirigente social que ha tenido un vinculo sinuoso con el camporismo. Sí estuvo presente el exsenador Marcelo Fuentes, que hasta el 10 de diciembre trabajó codo a codo con Cristina Kirchner como secretario parlamentario del Senado.
Para los presentes el encuentro sirvió para definir una primera línea de resistencia al gobierno libertario pero también para ir avanzando en la nueva estructura de un peronismo que intenta salir del «knock out» que le provocó la derrota electoral del 19 de noviembre. Algunos dirigentes se ilusionan en que sea Kicillof el que alumbre el liderazgo del un espacio que aún concentra un gran poder de fuego en ambas cámaras del Congreso.