Tres miembros del Instituto von Mises piden sacarle un premio a Milei porque dicen que su conocimiento de la Escuela Austríaca es «superficial y erróneo».
En medio del escándalo por las coimas en pensiones por discapacidad, peligra el premio libertario que Javier Milei iba a recibir en octubre.
A principios de julio, el Instituto Ludwig von Mises anunció que le entregaría un premio a Milei en octubre. Se trata del premio conmemorativo en honor a Ludwig von Mises, un galardón que fue se daría por primera vez.
La noticia no fue bien recibida por el Consejo científico del Instituto Mises: tres de sus cinco miembros denunciaron que no habían sido consultados sobre la premiación a Milei y renunciaron a su cargo con una carta durísima contra el presidente argentino.
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En su carta subrayan que Milei «no es un científico, sino un político». Valoran que popularizó «los nombres de Ludwig von Mises, Murray Rothbard y otros pensadores de la Escuela Austríaca», pero cuestionan las bases académicas del presidente: «su conocimiento de sus ideas es superficial y erróneo».
Los economistas advierten sobre la peligrosidad que implica premiar a Milei en tan sólo 20 meses de gobierno. «Todos los logros de su historial político hasta la fecha se ven ya contrarrestados por importantes pasivos», entre los que mencionan la expansión del estado policial, su relación con la «casta» y sus alineamientos con Israel y EEUU en política exterior.
El caso es similar al que ocurrió cuando Lacoste pidió al grupo de cumbia Wachiturros que dejara de usar su marca porque lo veían como una mala publicidad.
Los profesores renunciantes plantean que los elogios de Milei a la Escuela Austríaca son un arma de «doble filo»: creen que premiarlo podría causarle al Instituto Mises un daño «irreparable y duradero» para la filosofía libertaria.