jueves, 21 agosto, 2025
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Un país con alto nivel de vida salió a buscar estudiantes argentinos: qué beneficios les ofrece

“La verdad es que el país te invita a quedarte. Y a lo bueno te acostumbrás rápido: acá hay un buen equilibrio entre trabajo y vida privada. Pero no es para todos. Tenés que desearlo mucho. Es ir a vivir una vida que es todo en inglés por ejemplo”, le dice a Clarín Florencia Nieto, una argentina que fue a estudiar a Nueva Zelanda hace 3 años y se quedó a vivir.

Casos como el de Florencia son los que pretende replicar Nueva Zelanda, un país que aspira a poblar sus colegios y universidades con estudiantes extranjeros, y les puso especial atención a los argentinos.

Aprovechando la visita de su selección de rugby (los All Blacks) -que el sábado le ganó a Los Pumas en Córdoba- la embajada de ese país asiático salió a recordar a los estudiantes argentinos todos los beneficios que les ofrece para que den el paso como el que dio Florencia.

Florencia Nieto, argentina que fue a estudiar a Nueva Zelanda y se quedó a vivir.

Desde la embajada afirman que tanto colegios secundarios, como institutos terciarios y universidades los esperan con los brazos abiertos. También las diversas instituciones que dan clases de inglés.

“Los argentinos les aportan una gran diversidad a las aulas, con sus miradas sobre temas políticos, económicos y sociales. Se integran muy bien y rápidamente interactúan con los otros estudiantes”, le dice a Clarín Javiera Visedo, directora de Engagement en Education de Nueva Zelanda.

Estudiantes extrenjeros en Nueva Zelanda.

Visedo agrega que los argentinos “ayudan a promover el español” en ese país, y a más largo plazo a que las empresas neozelandesas hagan negocios con las argentinas: a “un futuro intercambio comercial”. Y cuenta que en las afueras de la ciudad de Auckland hay un conocido equipo de fútbol (amateur) con mayoría de jugadores argentinos.

Para tentarlos, Nueva Zelanda ofrece al estudiante argentino distintos beneficios. Desde la posibilidad de trabajar mientras estudia, hasta una visa de trabajo para después de recibirse, visas de residencia y la posibilidad de que el cónyuge trabaje y los hijos vayan gratis a la escuela.

Para conectar con las instituciones educativas neozelandesas, los argentinos tienen dos alternativas. Una es en forma directa. Y otra a través de agencias educativas, que hacen el nexo, organizan todo y cobran por ello. Desde la embajada recomiendan la última.

Estudiantes extrenjeros en Nueva Zelanda.

Nueva Zelanda lidera actualmente los rankings de calidad de vida, como el Global Life-Work Balance Index y ocupa el puesto 23 en las pruebas PISA.

El año pasado recibió a 88.000 estudiantes extranjeros. De la Argentina fueron 260: 120 a cursar programas de inglés, 95 a colegios secundarios y el resto a terciarios o universidades.

Lo más llamativo es el caso de los estudiantes secundarios, todos ellos menores de edad. Visedo dice que las familias argentinas, los padres de esos adolescentes, eligen Nueva Zelanda porque es “un país seguro y por la cercanía: desde Argentina se llega con un vuelo directo”.

La educación en Nueva Zelanda

El sistema educativo en Nueva Zelanda es muy distinto al argentino. En principio, la escuela secundaria es mucho más flexible. Solo algunas disciplinas, las fundamentales -como Matemática, Lengua o Ciencias-, son obligatorias. El resto, optativas. El alumno va a armando su trayectoria educativa de acuerdo a sus intereses.

Desde Cocina hasta Turismo, Carpintería, Trabajo en Equipo, Pensamiento Crítico, Deporte o Fotografía, las materias optativas son variadas, y cambian según la escuela.

Estudiantes extrenjeros en Nueva Zelanda.

Después de la escuela media, los estudiantes pueden optar por alguno de los 16 institutos terciarios (algunos públicos, otros privados) o las 8 universidades (todas públicas) del país.

Los terciarios están diseñados para formar para el trabajo. Dividido en 10 niveles, otorgan distinto tipo de certificaciones reconocidas por las empresas.

Del nivel 1 al 5 son formaciones de menos de un año: trayectos cortos y con salida laboral inmediata. Del nivel 5 al 7, diplomas de más nivel (carreras de 1 a 2 años), el nivel 7 es el equivalente a una carrera de grado de Argentina (pero se hace en 3 a 4 años, según la carrera), los niveles 7 y 8 son posgrados, el 9 maestrías y el 10 doctorados.

Estudiantes extrenjeros en Nueva Zelanda.

El enfoque de los terciarios es el Applied Learning, o aprendizaje aplicado. En todo momento, la teoría se combina con la práctica. Florencia Nieto hizo una maestría en Gestión en el Southern Institute of Technology (SIT) -un instituto terciario que queda en Invercargill, al sur de Nueva Zelanda- y cuenta cómo se aplica ese enfoque.

“Todos los contenidos se combinan con la práctica. Por ejemplo, en la materia marketing elegí CookieTime, que es una de las empresas de galletitas más emblemática de acá, e hice un plan de marketing, sobre cómo mejorar el negocio”, dice.

“En animación, por ejemplo, los estudiantes hacen un corto, con Show Motion. Acá tenés todo el equipamiento, todos los recursos que necesitás para hacer un trabajo así”, agrega.

Estudiantes extrenjeros en Nueva Zelanda.

Las universidades tienen un sistema distinto. Más parecidas a las argentinas, forman directamente para una carrera de grado o más. Es decir, desde el nivel 7 en adelante. También hacen investigación.

Todas las carreras, en terciarios y universidades, son pagas. Y saladas. Una carrera de grado cuesta entre 15.000 y 20.000 dólares por año. Y una maestría, 20.000 dólares por año. Pero el estudiante puede trabajar y pagar parte de esos estudios. Y hay becas que se ofrecen por mérito académico.

Los neocelandeses tienen un subsidio estatal. Pagan un tercio de esos valores. Y los que no pueden afrontarlo pueden acceder a un crédito, que deberán pagar una vez que se reciban.

La historia de Florencia

La historia de Florencia refleja lo que puede esperar un estudiante argentino que decide ir a probar suerte a Nueva Zelanda.

Florencia ahora tiene 38 años y es de Mar del Plata. Cuando terminó el secundario, estudio mecánica dental. Trabajó en eso, pero no le gustó. Después hizo Diseño de Interiores en la UTN marplatense. Estuvo 6 años ejerciendo, montó su propia empresa, hasta que llegó la pandemia y le detuvo todo. No podía ir a ninguna de las obras que tenía.

Florencia Nieto, argentina que fue a estudiar a Nueva Zelanda y se quedó a vivir.

“Estábamos encerrados y con mi pareja (que trabaja en la industria del software) nos preguntamos qué hacemos. Yo siempre quise vivir en el exterior, en un lugar que se hable inglés. Él podía seguir trabajando desde cualquier lugar, porque lo hace remoto. Así que en 2021 empezamos a investigar y encontramos que Nueva Zelanda ofrece una visa para las parejas”, cuenta.

Fue así que tomaron la decisión y fueron a vivir a Invercargill, que queda en el sur de la isla del sur de Nueva Zelanda. Florencia fue a estudiar una maestría en el Southern Institute of Technology. Si bien no tenía una carrera de grado, se la reconocieron porque tenía un trabajo. Trabajaba de intérprete, para la Cruz Roja, con la comunidad de refugiados colombianos.

Florencia Nieto, argentina que fue a estudiar a Nueva Zelanda y se quedó a vivir.

Al poco tiempo de empezar a estudiar, desde el mismo Southern Institute of Technology le ofrecieron un puesto como oficial de marketing internacional. Su función es conectar el instituto con los estudiantes latinoamericanos.

“Acá, en Nueva Zelanda, buscan que vengan estudiantes de todo el mundo. Las aulas son muy diversas. Yo tuve cursos con compañeros de Brasil, India, Tailandia, Malasia, de todo el mundo”, dice.

Y cuenta que “a los argentinos los buscan por su potencial, porque hay una gran cantidad de profesionales que quieren venir. Además, el inglés nuestro no es tan malo como en el resto de los países de América Latina”.

Florencia Nieto, argentina que fue a estudiar a Nueva Zelanda y se quedó a vivir.

Agrega que, por el trabajo, ya consiguió la residencia y que con su pareja ya decidieron quedarse a vivir en Nueva Zelanda.

¿Qué le dirías a un argentino que está pensando si va a ir a estudiar allá?, le pregunta Clarín.

“No es para todos. Tenés que desearlo mucho. Es ir a vivir una vida que es todo en inglés. Y si sos profesional, un ingeniero civil, por ejemplo, y no tenés un buen inglés, no vas a trabajar de ingeniero civil. Vas a tener muchísimas oportunidades, y vas a poder trabajar de muchísimas cosas hasta que puedas llegar a un puesto de ingeniero civil”.

“Este es el país de las oportunidades. Uno de los que mejor te da la bienvenida. Acá valoran mucho al inmigrante que quiere trabajar. Le dan de todo. Si no sabés inglés, no les importa. Y hacen el esfuerzo de comunicarte con vos”.

Más argentinos estudiando afuera

Como Florencia en Nueva Zelanda, cada vez más estudiantes argentinos, buscan la forma de estudiar en el exterior. El Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI) de España informó que 2.355 argentinos tenían autorización de estancia por estudios en vigor al 31 de marzo de 2025 (son las cifras más recientes). Son 14% más que en el trimestre anterior y 15,7% más respecto a la misma fecha del último año.

El 56% de estas autorizaciones correspondía a mujeres y la edad media de los estudiantes se situaba en los 30 años.

Universidades y terciarios de Nueva Zelanda.

Maggie Brennan es estadounidense y docente en la Argentina, y desde hace años viene asesorando a los argentinos que deciden ir a estudiar a otro país.

Consultada por Clarín, Brennan dice que “los jóvenes argentinos buscan lo mismo que muchos adultos en el mundo: independizarse, viajar por el mundo, acceder a una vivienda o a un auto, y ahorrar para el futuro».

Universidades y terciarios de Nueva Zelanda.

«Lamentablemente, en el contexto actual del país, eso es muy difícil de alcanzar. Muchos se gradúan tras años de esfuerzo en la universidad, pero luego se dan cuenta que los sueldos no les permiten vivir solos, ahorrar o planificar a largo plazo. Al conocer los salarios en el exterior -muchas veces superiores a los locales-la idea de probar suerte en otro país es muy atractiva”.

Dice que, además de estudiar, ir a vivir afuera es una oportunidad de vida. “Vivir en otro país te obliga a crecer y desarrollar nuevas habilidades. Mejora el dominio del inglés, permite convivir con estudiantes de todo el mundo y te desafía a crecer personal y profesionalmente. Un título obtenido en el exterior suele considerarse prestigioso y mejora el perfil laboral, lo que explica que muchas familias estén dispuestas a realizar un gran esfuerzo económico para hacerlo posible”, agrega.

– ¿Cómo termina siendo la experiencia?

– En la mayoría de los casos, el “sueño” de estudiar en el extranjero se cumple: los estudiantes reciben una buena educación, amplían su red de contactos y, muchas veces, acceden a empleos con mejores ingresos que en Argentina. Sin embargo, no todo es fácil: la distancia de los seres queridos y las diferencias culturales pueden ser un desafío. La cultura argentina es muy sociable y extrovertida, lo que no siempre se encuentra en otros países. Adaptarse a ritmos sociales más reservados puede llevar tiempo. Para quienes deciden regresar, la experiencia internacional puede ser muy valorada en el mercado laboral local, lo que les da una ventaja profesional.

Lo que hay que saber

Dependiendo del programa de estudios, los argentinos en Nueva Zelanda pueden acceder a estos beneficios:

  • Pueden trabajar mientras estudian. En el caso de títulos de grado, maestrías y programas de inglés, pueden trabajar hasta 20 horas por semana (a partir de noviembre se aumenta la cantidad de horas a 25 horas semanales). Los estudiantes de maestrías por investigación y doctorado pueden trabajar tiempo completo.
Universidades y terciarios de Nueva Zelanda.
  • Al término de los estudios se puede optar por una visa de trabajo cuya duración varía dependiendo del programa académico y puede durar de 1 a 3 años.
  • Los estudiantes de maestría y doctorado tienen una serie de beneficios especiales: su cónyuge/pareja puede aplicar a una visa de trabajo y sus hijos en edad escolar (5 a 18 años) pueden asistir a escuelas públicas en forma gratuita.
  • Hay una lista de oficios y profesiones en base a la escasez de capital humano, lo que facilita mucho obtener una visa de residencia.

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