Una transmisión en vivo que parecía rutinaria se transformó en segundos en una escena de angustia y tensión. Este lunes, desde Córdoba, la periodista Sofía Pérez Dabreu fue víctima de un intento de robo mientras informaba para C5N. Todo sucedió a plena luz del día, frente a cámara y en medio de una cobertura sobre un caso muy sensible que tiene en vilo a la provincia.
Minutos antes de las 15, la movilera se encontraba en el barrio Parque Vélez Sarsfield, en las inmediaciones de una clínica, cubriendo la situación crítica de un bebé que fue inyectado con fentanilo contaminado. Pero mientras hablaba para C5N, un motociclista se acercó de manera sospechosa, y lo que parecía un movimiento inofensivo se convirtió rápidamente en un ataque.
El delincuente intentó arrebatar el trípode donde estaba colocado el iPhone que usaban para la transmisión. Sin embargo, no contó con la rápida reacción del camarógrafo de C5N, “Beto”, quien sostuvo con fuerza el equipo, impidiendo que el asalto se concretara. En medio del forcejeo, el ladrón terminó tirando el trípode al piso y escapó.
Las imágenes se volvieron caóticas, y desde el estudio reaccionaron con desconcierto. “¿Qué pasó? ¿Cómo estás Sofi?”, se escuchó decir a los conductores, mientras Sofía, visiblemente alterada, gritaba: “Nos sacaron el celular en vivo chicos, perdón… Estamos bien ¡Qué basura! No lo esperábamos, perdón”.
LA CRONISTA DE C5N PROTAGONIZÓ UN VIOLENTO ATAQUE EN PLENO MÓVIL EN VIVO
Más tarde, ya más calmada, Pérez Dabreu relató cómo se dio todo: “No llegó a llevárselo porque el camarógrafo agarró fuertísimo el celular”. Y detalló la secuencia que vivieron: “Pasó dos veces. Pasó una vez y dijo ‘perdón’. Pensamos que quería estacionar y después pasó de nuevo en moto con casco puesto. Es más, el motochorro agarra el trípode”.
En su relato, la periodista no dejó pasar el valor de su compañero: “Lo bien que agarraste el celular Beto, porque se lo arrancó”. Luego cerró con alivio: “Estamos perfecto. No nos tocó a nosotros”. Definitivamente, Sofía no la pasó nada bien, y si bien trató de mantener la compostura, el momento fue tan dramático como preocupante.
El móvil de C5N siguió unos minutos más, pero lo que quedó en el aire fue el susto, la impotencia y una sensación que se repite: la inseguridad no da tregua, ni siquiera cuando las cámaras están encendidas.