sábado, 15 noviembre, 2025
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Bullrich abre una tregua tensa con Villarruel: qué acordaron a días de la jura en el Senado

La reunión que mantuvieron Victoria Villarruel y la futura jefa del bloque oficialista del Senado, Patricia Bullrich, alumbró una tregua -al menos en apariencia- entre la vicepresidenta y la Casa Rosada, donde el presidente Javier Milei se maneja sin darle ningún tipo de participación a su vice aun cuando su agenda de reformas dependerá de la estrategia parlamentaria.

La ministra de Seguridad y senadora electa hace semanas que se mueve como la jefa del bloque de La Libertad Avanza, entre llamados y reuniones con oficialistas y aliados, pero no se había reunido con la presidenta del Senado. El encuentro duró casi una hora y media y fue «cordial», según dejaron trascender ambas. No hubo foto compartida, pero sí un principio de entendimiento.

Bullrich le planteó que la agenda del oficialismo debe tener un «espacio preferencial» en el Senado y Villarruel le aclaró que su rol es «institucional» y que no tiene «facultades para obstaculizar o interrumpir el trabajo de la Cámara». Buscaron así dejar atrás un cruce que tuvieron algunos pocos meses, cuando la ministra la acusó de «cómplice del kirchnerismo» por no levantar una sesión.

Finalmente, a la salida de la reunión, la futura jefa del bloque señaló que Villarruel se mostró «colaborativa» y que le confirmó que «quiere que el Gobierno tenga acá la posibilidad de sacar adelante los proyectos que precisa». Seguidamente, la presidenta del Senado ratificó esa voluntad.

Victoria Villarruel y Patricia Bullrich, en clima de tregua: qué compromisos asumieron sobre el Senado 

Con ello quedó sellada una aparente tregua luego de meses de desconexión entre la conducción del Senado y la Casa Rosada, que en varias oportunidades derivó en una falta de coordinación, con interlocutores diversos entre el Ejecutivo y los senadores oficialistas. La situación le permitió a la oposición dominar la agenda y asestarle varias derrotas políticas a Milei.

Ese problema se conversó en el encuentro, según comentaron fuentes parlamentarias a iProfesional. Al respecto, Bullrich le habría señalado que ahora ella será el punto de contacto entre la Casa Rosada y el Senado, con el compromiso de mantenerla al tanto de los temas que el Gobierno quiera impulsar, sobre todo en las sesiones extraordinarias que Milei convocará para diciembre.

Por su parte, Villarruel le ratificó su rol es institucional de velar porque se respete la constitución, el reglamento del Senado y para «que haya un clima de acuerdo» que permita el desenvolvimiento normal de las sesiones. Sobre ese punto, planteó que ella no puede alterar el plan de Labor Parlamentaria, porque es el sector que consigue mayoría el que define su orientación.

De esa forma, la vice trató de desterrar las acusaciones de no alinearse con Milei y aclarar que el problema de fondo es la falta de acuerdos con otros sectores. Por eso a la salida de la reunión, una de las primeras definiciones de Bullrich fue: «Es nuestra responsabilidad juntar las voluntades políticas para construir una mayoría».

En tanto, la vicepresidenta remarcó luego del encuentro que por su rol institucional, las puertas de su despacho «siempre están abiertas» para todos los miembros del Senado, aunque estén «en las antípodas ideológicas». La traducción llana del encuentro confirma que Bullrich será la encargada de la estrategia para construir una mayoría que le permita al oficialismo tener el control, mientras que Villarruel tratará de garantizar que se respeten los acuerdos para que funcione el recinto.

El Senado se prepara para la jura de Bullrich y los electos a fin de mes

El encuentro fue importante porque le permitió a La Libertad Avanza aclarar el panorama en el Senado. De hecho, poco después de terminada la reunión Villarruel firmó la convocatoria para la sesión del 28 de noviembre, en la que jurarán los senadores electos que asumirán el 10 de diciembre, entre ellos Bullrich.

En el Senado la ceremonia de jura siempre es unos pocos días antes del cambio oficial de la composición de la Cámara, cuando asumen los electos. Ante una consulta de la prensa, Bullrich señaló que seguirá como ministra de Seguridad «hasta el 10 de diciembre». No obstante, la jura ya la dejará formalmente al frente de la bancada oficialista, que pasará de 7 a 20 senadores propios.

Ese salto entusiasma al Gobierno a tal punto que evalúan ingresar por el Senado el proyecto de reforma laboral y Bullrich intentará reunir en tiempo récord la mayoría para darle media sanción antes de que termine el año. En algunos sectores del oficialismo celebran y acompañan el empuje de la nueva jefa de bloque, aunque reconocen como «difícil» ese objetivo, según supo iProfesional.

Cuando la prensa parlamentaria le preguntó a Villarruel por la agenda de las extraordinarias, la titular del Senado dijo desconocer el plan y se cuidó de señalar que Bullrich ya había anticipado algo respecto de lo laboral. Fue un gesto. Una señal de que ambas dirigentes acordaron, de mínima, una división de tareas más clara.

Una «tensa calma» en el Senado y el riesgo que encara Villarruel

Pese a ello, otras fuentes del Senado deslizaron a este medio que la aparente tregua es tensa y arriesgaron que la relación entre Villarruel y Bullrich será tan institucional que podría considerarse directamente «fría». La actual ministra llega a la conducción del bloque con la bendición de la secretaria y hermana presidencial, Karina Milei, que desprecia a la vice.

Villarruel sabe que la influyente secretaria General está más empoderada que nunca en el Gobierno y tendrá por primera vez un pie adentro del Senado, donde buscará dejarla lo más relegada posible. Con ese fin, también quiere ubicar a alguien que le reporte directamente en la presidencia provisional de la Cámara, el puesto que le sigue al de la vicepresidenta.

El cargo lo ocupa actualmente el libertario Bartolomé Abdala, pero hace semanas ya circulan nombres para su eventual reemplazo. Los que más suenan son los de la neuquina Nadia Márquez, que demostró en Diputados su alineamiento total con la Casa Rosada, y el del fueguino Agustín Coto, leal a Milei desde el minuto cero. Ambos jurarán a fin de mes y asumirán en diciembre.

En el Senado las autoridades se eligen en febrero (a diferencia de Diputados, que lo hace en diciembre) y por el momento, Bullrich prefiere no meterse en ese tema, que promete algún ruido nuevo en el oficialismo. Abdala quiere seguir en el puesto, aseguran en su entorno, y los cargos deben ser votados por la mayoría del cuerpo.

Asimismo, el pleno del Senado también debe aprobar a los secretarios parlamentario y administrativo. Este último es el más sensible porque es el encargado de «la caja» de la Cámara alta y está vacante. Primero renunció María Laura Izzo y luego Emilio Viramonte Olmos, un amigo de la vicepresidenta que duró un mes y se fue.

Villarruel quiere ocuparlo con alguien de su confianza. Se habla de Alejandro Fitzgerald, actual director General de Comisiones. Sin embargo, la vicepresidenta no consiguió hasta ahora el consenso necesario para llenar ese casillero y el gran interrogante es si podrá hacerlo antes del recambio -dado que está vacante- frente a la posibilidad de que Karina Milei maniobre para impedírselo cuando cambie la composición de la Cámara.

Son algunos de los aspectos que restan definir sobre la interna que mantiene a Victoria Villarruel al margen del gobierno de Javier Milei. Mientras tanto, Patricia Bullrich se calza el traje de jefa del bloque oficialista y, enfocada en hacer lo necesario para que avance la agenda del oficialismo, armó una tregua con la presidenta del Senado. Cuánto durará es otra cosa que está por verse.

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